domingo, 21 de agosto de 2011

TALLER #2 SOCIALES 7A

HISTORIA Y GEOGRAFIA DE AMERICA

GRADO SEPTIMO


En el siglo XV, el comercio entre Europa y Oriente se realizaba recorriendo el Mar Mediterráneo hasta Constantinopla y a partir de allí por tierra. El imperio turco conquistó estos territorios impidiendo el paso de los europeos hacia el continente asiático. La necesidad de encontrar nuevas rutas para llegar a las Indias impulsó a los portugueses y españoles a buscarlas para poder continuar sus actividades comerciales. El uso de la brújula tuvo gran importancia. Permitió a los españoles buscar una ruta que los comunicara con Asia navegando hacia el oeste, atravesando el océano Atlántico.

El 12 de octubre de 1492, Cristóbal Colón, un marino italiano a los servicios de los reyes de España, llegó al continente americano en tres naves llamadas carabelas, creyendo haber llegado a las Indias.

¡Tierra! ¡Tierra! Con estas palabras, los marineros que hace cinco siglos viajaban al lado de Colón expresaron su júbilo al divisar las primeras islas, que fueron confundidas con las Indias orientales.

Atraídos por la belleza de los lugares, los recién llegados hicieron de América su patria. A raíz de este descubrimiento, el mundo conocido creció. Pocos años después se confirmó que la Tierra era redonda. Desde entonces, los parajes descubiertos fueron llamados Nuevo Mundo, por oposición al Viejo Continente formado por Europa, Asia y África. A partir del siglo XVI, nuestro continente empezó a ser recorrido y estudiado por hombres y mujeres. Como ellos, tenemos que ser conscientes de que sólo si conocemos nuestra tierra podremos cuidarla, trasformarla y sacar de ella el mejor provecho, pues el quehacer diario del hombre se relaciona íntimamente con la geografía. Por ello, esta unidad busca que puedas demostrar que tienes un conocimiento general de América: su posición, superficie, formación geológica, relieve, hidrografía, climas, suelos, fauna y flora.

Poblamiento de América

El primer asentamiento humano en el continente americano ha sido siempre uno de los enigmas más complejos y discutidos de la arqueología. Cualquier nuevo hallazgo suscita discusiones y equivale a recibir los aplausos de algunos seguidores y el abucheo de otros tantos detractores.

Hace unos 40.000 años el estrecho de Bering que separa América de Asia no existía, en su lugar había una suerte de puente intercontinental que los científicos han denominado como Beringia. Al final del pleistoceno, hace unos 10.000 años, este puente intercontinental se inundó, dando lugar al estrecho de Bering y al mar del mismo nombre. Las causas de esta inundación fueron el aumento global de la temperatura del planeta que produjo el derretimiento de los casquetes polares, lo cual trajo aparejado a su vez que el nivel del mar se elevara como consecuencia de los millones de cm cúbicos de agua que los océanos recibieron de los deshielos.

Los científicos suponen que El "puente" de Beringia, fue la única ruta temprana por la cual las poblaciones se aventuraron a América. Hoy es aceptado que las primeras poblaciones Homo Sapiens nacen en Africa, la cuna de la humanidad. Una vez evolucionado el Homo Sapiens va a extender su colonización a la tundra fría oriental, allí donde sus antecesores fracasaron.

La presión demográfica pudo haber sido la causa de la migración, una gran cantidad de gente subsistiendo en un mismo hábitat conllevará tarde o temprano a un stress en los recursos. En el Homo Sapiens la solución ante un desequilibrio en los recursos era la migración: al principio se deben haber aventurado en la tundra esteparia estacionalmente, pero cuando vieron que era posible ocuparla permanentemente con una ropa, tecnología y refugios adecuados, lo hicieron. Así, las fronteras medioambientales se derribaron, los cazadores recolectores se movieron rápidamente hacia el norte y este por la zona de Rusia hasta llegar a Siberia. La expansión hacia el nordeste fue breve porque la naturaleza misma de la adaptación dependía de una movilidad constante: el rastreo de los animales de caza.

Rápidamente, esta nueva especie dotada de una cultura compleja que le permite adaptarse a diversos ambientes, emprende la conquista del planeta migrando hacia el Nordeste. Estos hombres, traían consigo un equipaje lítico similar al del Paleolítico Superior encontrado en el Viejo Mundo, que fue denominado "Paleoindio".

Muchos investigaciones previas se orientaban a la hipótesis ya no de una vía terrestre en el poblamiento, sino transoceánica. Implicaba varias oleadas migratorias: así se explicaría la gran diversidad cultural que se encontró. Pero esta hipótesis fue rápidamente desechada, para esa época no habría habido la tecnología necesaria para afrontar un viaje transoceánico de tal magnitud, por otro lado, las islas del pacífico y la Polinesia aún no estaban pobladas para ese momento, la lógica implicaría que deberían haber sido

ocupadas primero, antes de lanzarse al océano en búsqueda de nuevos horizontes. En cuanto a la diversidad cultural, nuevos enfoques dejaron en evidencia que un solo grupo puede generar diversas tradiciones culturales que en muy poco tiempo pueden llegar a diferir tanto que no parecerían tener un origen común. Así, se aceptó a Beringia como única ruta temprana. Las poblaciones sapiens habrían cruzado sin tener conciencia de ello: persiguiendo a sus presas de caza lo fueron poblando paulatinamente sin la intención deliberada de conquistar.

Pero si bien es compartido que la ruta de acceso tuvo que ser Beringia, se sigue debatiendo sobre el momento y la manera en que el poblamiento se produjo. Unos se inclinan por el poblamiento temprano (35 a 25.000 años a.p.) al principio de la última glaciación. Otros lo hacen por el Poblamiento tardío (13.000 o 12.000 años a.p.) después de la última glaciación. Se supone que la glaciación formó una barrera de hielo que impedía el paso por el puente, por ello los investigadores se inclinan por un antes o después. Los que defienden poblamiento temprano se basan en evidencia de Sudamérica: con una antiguedad en ocasiones de 13.000 años. Esto contradice las suposiciones tardías, puesto que no podrían estar esos grupos con esa antiguedad en ese lugar. Los que defienden el ingreso tardío se basan en sitios de Norteamérica que tienen una antiguedad de alrededor de los 11.000 años. Estos asentamientos pertenecen a la tradición paleoindia denominada "Cultura Clovis".

De una forma u otra Siberia parece ser el hogar ancestral de los americanos: los cazadores recolectores siberianos en algún momento caminaron o cruzaron Beringia hacia América.

La fecha de ocupación más temprana que se tiene para Siberia corresponde a los sitios del Valle Aldan, excavados por el arqueólogo ruso Mochanov. Allí se han encontrado dataciones del orden de los 35.000 años de antiguedad.

Los defensores del poblamiento temprano se basan en estas excavaciones para proponer un ingreso temprano a América: ¿si ya estaban en su puerta tan temprano, porqué no habrían de cruzar?. Sin embargo, los radicales tardíos alegan ciertos problemas en la datación y el manejo de la evidencia por parte de Mochanov. Proponen basarse en fechados más seguros como los correspondientes a la denominada "Cultura Dyuktai" que floreció en la zona a partir de los 18.000 años a.p.: los hallazgos de esta tradición se caracterizan por un conjunto de bifaces y puntas de proyectil muy parecidas a los paleoindios encontrados en Norteamérica.

En los últimos años se han presentado sucesivas evidencias de nuevos asentamientos que indicarían un claro poblamiento temprano del continente, por lo menos de unos 25 a 30.000 años antes del presente. Pero los arqueólogos estadounidenses se reniegan, a veces tajantemente, a ceder en ninguna de sus estimaciones. Para la mayoría de ellos el hombre no pisó suelo americano por lo menos hasta hace unos 12.000 años atrás, cuando aparecen en el norte registros confiables de ocupación. Para ellos, cualquier evidencia que contradiga este supuesto entra en la categoría de "dudosa". Es por esta razón que muchos arqueólogos sudamericanos denominan "cariñosamente" a sus colegas del norte como "Mafia Clovis",

Varios factores entran en la discusión, uno de ellos es la restricción medioambiental que habría imperado en la región. Se dicute la presencia de un corredor entre los hielos por el cual los grupos habrían pasado hacia el sur.

De haber existido apoyaría la postura tardía puesto que se habría formado alrededor de los 13.000 a.p. Pero los defensores del poblamiento temprano no están de acuerdo tampoco con aceptar tajantemente un modelo de poblamiento terrestre por el interior del continente. Para ellos lo más lógico hubiera sido que los grupos se guiaran hacia el sur por las costas, siguiendo la orilla en una única dirección y penetrando el continente paulatinamente: proponen un modelo costero de poblamiento. Este modelo tiene algunas ventajas: se explicaría la no existencia de sitios tempranos en Norteamérica por la subida del mar que se "comió" las costas a finales del pleistoceno; se da una mejor explicación de la evidencia temprana; se desprende de la existencia o no del corredor entre los hielos. Este modelo, sin embargo encuentra cierta dificultad con la evidencia encontrada fuera de las costas, como el caso del sitio Meadowcroft Rockshelter.

Los sitios arqueológicos mas antiguos de Sudamérica son de mas de 12.000 años: Tal es el caso de sitios como Monte Verde de Chile, Pedra Pintada en Brasil o Piedra Museo en Argentina. En Monte Verde las investigaciones estuvieron a cargo de un arqueólogo estadounidense: Tom Dillehay. Para lograr que sus descubrimientos fueran aceptados, realizó un estudio minucioso e interdisciplinario durante casi 20 años, analizando los datos desde distintas perspectivas. El estudio otorgó tal respaldo a los datos, que los especialistas se vieron obligados a replantear las ideas predominantes sobre la fecha del poblamiento americano. Pero el debate lejos de esclarecerse, se acrecentó.

Los defensores del poblamiento temprano acusan la inflexibilidad de sus pares tardíos por reconocer la nueva evidencia, los acusan de mantener la "barrera" de los 14000 a.p.

Por otro lado, para algunos investigadores traspasar ese límite se ha convertido en una suerte de "búsqueda del Santo Grial".

El origen del hombre americano desde siempre ha suscitado controversias, son famosas las suposiciones erróneas del paleontólogo argentino Florentino Ameghino a principios de siglo, proclamando el origen de nuestra especie en Pampas Argentinas.

Para investigadores como Butzer la dificultad de recoger evidencia temprana de los primeros pobladores deriva del hecho de que los grupos estaban formados por pocas personas, y eran muy móviles. Esto implicaría asentamientos dispersos en grandes territorios con una baja densidad de desechos arqueológicos: baja visibilidad de los sitios y por ende pocas posibilidades de descubrimientos (sumado a las causas naturales y geológicas que inciden en su preservación). Las primeras periodizaciones que se propusieron se basaban en clasificaciones tipológicas de las puntas encontradas y en su ubicación estratigráfica. Así se estableció una asociación "Cultura - Punta". El primer sitio paleoindio que se aceptó fue Folsom en 1928, donde se encontró unas puntas incrustadas en huesos de bisontes extintos, en clara asociación. Este hecho hizo que se aceptara la presencia humana para el pleistoceno en el continenete americano.

Aspectos generales de América

Segunda masa continental aislada más grande de la Tierra. Comprende tres grandes conjuntos o subcontinentes: Norteamérica, Centroamérica y Sudamérica, tiene una extensión de aproximadamente 42 millones de km2 y está poblado por más de 650 millones de habitantes. Las Américas es el nombre que a menudo se utiliza para designar todo el hemisferio occidental. La palabra apareció por primera vez en la Cosmographiae Introductio (Introducción a la Cosmografía), editada y publicada en 1507 por el cartógrafo alemán Martin Waldseemüller. El nombre deriva de Americus, el nombre de pila latinizado del navegante italiano Amerigo Vespucci, cuyas expediciones al Nuevo Mundo describe la obra. Tal como Waldseemüller usaba la palabra, América designaba específicamente las tierras descubiertas por Cristóbal Colón, Vespucci y otros exploradores de las Antillas y la costa del noreste de Sudamérica. El geógrafo flamenco Gerardus Mercator usó la palabra América por primera vez para referirse a todo el hemisferio occidental en un mapa del mundo editado en 1538.

Para ubicar con precisión el continente americano debe acudirse al sistema de coordenadas, mediante las cuales se establece la posición absoluta. Además de las coordenadas, que son líneas imaginarias, el
continente americano se define por su relación con los océanos que lo circundan, pues no limita con continente alguno, como sucede en el caso de Europa, Asia y África.

Posición absoluta o astronómica

América está localizada entre los siguientes puntos extremos:

—norte, a 71° 23' de latitud norte, punta Barrow;

—este, a 35° de longitud oeste, Recife;

—sur, a 55° 59' de latitud sur, cabo de Hornos;

—oeste, a 168° de longitud oeste, cabo Príncipe de Gales.

Por su forma alargada, el continente americano se extiende por las diferentes zonas latitudinales, presentando todos los climas y por consiguiente diversidad de recursos naturales.

Posición Geográfica de América

América se encuentra rodeada de agua. Limita al norte con el océano Glacial Ártico, por el este con el océano Atlántico, por el sur con el océano Glacial Antartico y por el oeste con el océano Pacífico.

Superficie de América

La superficie (que es una medida expresada en kilómetros cuadrados km2) de América es 42.000.000 km2, cifra que corresponde a un 29% del total de la Tierra.

Medio natural de América

El aspecto físico es el soporte de la vida del hombre, porque ofrece los recursos que el habitante requiere para satisfacer sus necesidades. Bajo este nombre se estudian temas como la formación geológica, las formas del relieve, la hidrografía, el clima, el suelo y la biota*.

Geología

La formación del continente americano se inició hace varios millones de años, durante la era Azoica, cuando se formaron los escudos o macizos de rocas duras como el granito y gneis: macizo Canadiense en América del Norte; macizo Guáyanos, macizo Brasileño y macizo Patagónico en América del Sur. Como en ese entonces no había vida, el planeta ofrecía un aspecto desolado. Durante la era Primaria se presentó el plegamiento Herciniano, que afectó al continente y le dejó una huella representativa: los montes Apalaches.

En la era Secundaria, la actividad más intensa la sufrió el lado oeste, que estuvo sujeto a plegamientos que iniciaron la formación de las montañas Rocosas y las sierras de Méjico.

Sin duda, en la era Terciaria se sucede una mayor actividad tectónica. En ella se presenta el plegamiento Alpino, formador de los sistemas montañosos actuales: las montañas Rocosas, la cordillera de América Central, el istmo de Panamá, las Antillas y los Andes. Asimismo, se forman las llanuras de material sedimentario'". Conocer la evolución geológica de América, es decir, saber cómo se ha formado, es importante puesto que existe gran relación entre los recursos minerales y las etapas de su formación dentro de la tierra.

Relieve de América

El relieve del continente americano es muy simple. Pueden distinguirse tres elementos básicos: macizos antiguos, cadenas montañosas jóvenes y llanuras de origen sedimentario.

Sobre la fachada atlántica, al este, se encuentran los macizos antiguos,
cuya forma ha sido desgastada por la erosión. Un gran sector de América del Norte está formado por el macizo Canadiense. En América del Sur se encuentra el macizo Guáyanos al noreste, el macizo Brasileño, que ocupa una gran extensión, al centro, y el macizo de la Patagonia, al sur.

Bordeando la costa del Pacífico, al oeste, se encuentra una serie de cadenas montañosas coronadas por gran número de volcanes y nevados. En América del Norte reciben el nombre de montañas Rocosas. Su máxima elevación es el monte Mac Kinley, con 6195 m.s.n.m. (metros sobre el nivel del mar). En América del Sur estas cadenas se conocen como cordillera de los Andes; su punto más alto es el monte Aconcagua, que alcanza los 6959 m.s.n.m. La franja montañosa de América Central une los Andes con las Rocosas.

Entre los macizos antiguos y las cordilleras, hay extensas llanuras, surcadas por grandes ríos. Este espacio se formó con material de relleno, es decir, material trasportado a través de las corrientes de agua, en donde desempeña un papel importante la fuerza de gravedad. En el norte, desde Canadá hasta Nuevo Méjico y en el sur los sectores correspondientes al Orinoco, Amazonas, Paraguay y Paraná, que forman las grandes planicies interiores.

Hidrografía de América

Al estudiar la hidrografía americana es preciso distinguir entre aguas corrientes, aguas subterráneas y depósitos naturales de agua, por e] papel que juega cada uno. América del Norte cuenta con lagos y ríos de gran importancia; en Méjico las aguas subterráneas prestan gran utilidad; América Central posee ríos cortos y algunos lagos de interés;

América del Sur cuenta con lagos y numerosos ríos.

En el continente americano se encuentran cuencas* muy importantes, tanto por la extensión del territorio que abarcan como por los afluentes que reciben. Al norte se destaca la cuenca del río Mississipi, que riegz gran parte del territorio norteamericano. Este río desagua en el Golfo de Méjico, donde forma un delta.

En el sur existe la cuenca del río Amazonas, de gran importancia en el planeta, surcada por el río más caudaloso del mundo. El río recorre un territorio plano de gran extensión y desemboca en el océano Atlántico. También son importantes la cuenca del Orinoco, que atraviesa los llanos colombo-venezolanos y desemboca en el Atlántico y las del Paraguay y Paraná, que entregan sus aguas al Atlántico por el estrecho del río de la Plata.

El perfil de un suelo consta de tres elementos: una capa vegetal que contiene el humus, una capa de material fino —formado por acumulación— y el lecho rocoso.

Climatología de América

El continente americano presenta una gran extensión latitudinal, que le permite disfrutar del clima Tropical (A) en las latitudes bajas;

Templado (C) en latitudes medias, caracterizado por las cuatro estaciones: verano, otoño, invierno y primavera; y Frío (D) en las latitudes altas. Algunas regiones poseen clima seco (B); otras, tienen clima Polar (E). (Esta clasificación por zonas climáticas es la más conocida y utilizada a nivel universal. Su autor es el geógrafo alemán Wladimir Koppen).

Suelos de América

El gran mosaico topográfico que es América determina una gran variedad de suelos. En ella es posible encontrar desde los más pobres en nutrientes, cuya vocación es forestal, hasta los suelos ricos en materia orgánica, aptos para las labores agropecuarias.

En el continente americano merecen mención los suelos formados a partir de cenizas volcánicas, debido a su alta fertilidad*. Estos se extienden a lo largo de la región montañosa del oeste. Los suelos aluviales* son propios de los valles y planicies.

Los suelos están en estrecha relación con el clima y la vegetación: en el primer caso, porque la temperatura y la humedad permiten la descomposición de la materia que forma el suelo y en el segundo, las raices de las plantas sostienen el suelo y sus hojas lo nutren.

Flora y Fauna de América

La flora y fauna de un lugar están determinadas por el relieve, el clima y el suelo de esa región; no puede pensarse en ellas como elementos aislados y únicos. Las formaciones vegetales (es decir, los conjuntos de plantas que se adaptan a determinadas condiciones ambientales y por consiguiente presentan características comunes, como el bosque de coniferas, cuyos árboles son altos y tienen forma de cono, como los abetos y los pinos) de América son las selvas y los bosques que se desarrollan en regiones de abundante precipitación y altas temperaturas, en donde viven numerosos animales salvajes y gran diversidad de aves. En los lugares donde hay períodos alternados de lluvia y de sequía, crecen los bosques arbustivos o los pastizales que hacen posible el desarrollo de la ganadería. Pero como en algunos lugares de América son escasas las precipitaciones, allí se desarrollan las plantas xerófilas en donde habitan muy pocos animales.

En general, se puede decir que el continente americano posee unos rasgos físicos muy propios que lo distinguen del resto del planeta. En él encontramos variedad de paisajes, que van desde la llanura hasta las altas cimas de las cordilleras. Este conjunto cumple las condiciones necesarias para lograr el equilibrio natural, pues las partes más antiguas se localizan hacia el este, y las cordilleras jóvenes al oeste.


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